En esta etapa empieza la explosión del lenguaje y nuestros niños sólo quieren hablar, comentar, decir cosas que se les ocurra. Para ellos la fantasía y la creatividad están a la orden del día y lo que más les gusta es comentar a sus padres y demás las aventuras y las conquistas que han realizado a lo largo del mismo. Les encanta imaginar, explorar, contar, narrar, vivir experiencias. Por ello, es muy importante que como padres nos dejemos llevar por esa explosión del lenguaje que se da entre los 2 años y 4 años aproximadamente, donde la verbalización y el juego de palabras se hace presente en ellos. Aunque más grandes también les gusta contar historias, en la medida en que va pasando ese primer septenio de la vida, ellos van a ir adquiriendo nuevo vocabulario y van aprendiendo a expresarse mejor y a controlar su expresividad, por lo que esa explosión se va controlando y decimos los padres: “mi hijo antes hablaba un montón y ahora casi no se escucha hablar… antes era un lorito parlanchín y ahora… toca sacarle las palabras con cucharita. No sé que hacer”.
También en esta etapa empiezan las consultas al pediatra y al fonoaudiólogo porque pasa lo contrario. Si bien la mayoría de los niños empiezan a expresarse con naturalidad, hay otros que no tanto. Su verbalización empieza a hacerse torpe y tímida y muchas veces los niños no expresan lo que desean con palabras sino con gestos y sonidos, y comienzan los problemas en cuanto a lenguaje se refiere porque el niño no es capaz de manifestarse expresamente verbalizando sus deseos, sino que mamá, papá y sus cuidadores le satisfacen sus necesidades atendiendo a sus gestos y sonidos. Aquí es importante descartar primero un problema fonológico en el niño, y sino lo hay, es importante que los padres y cuidadores entiendan que hay que permitirle al niño hablar y expresar lo que desee con palabras, no con sonidos y gestos ya que es importante que adquiera una correcta adquisición del lenguaje en esa etapa. Enseñarle las palabras con cariño, dulzura, pero de manera clara y concisa, con precisión y con correcta pronunciación y entonación para que el niño comprenda esa estructura y pueda incorporar esas palabras a su vocabulario y las pueda utilizar para expresar sus emociones y sentimientos.
Otra cosa para tener en cuenta en esta etapa es que estos niños empiezan un tiempo escolar donde las nociones básicas, las vocales y el inicio de la comprensión básica del lenguaje se hace presente, así como el afianzamiento en la preescritura y prelectura. Aquí también empiezan las consultas a terapia ocupacional y a psicopedagogía porque los papás se preocupan de que: “mi hijo no agarra bien el lápiz, no sabe leer, no comprende los números, no escribe bien las vocales, es muy torpe para dibujar y escribir”. Y aquí papás les hago énfasis en algo que les va a sonar un poco técnico y hasta raro, pero trataré de explicarles con la mayor claridad posible. En esta etapa no hay que forzar a los niños a que ya lean, escriban y dibujen como un niño grande, porque madurativamente su cerebro está en construcción y su morfología también. Recordemos que las manos de los niños son pequeñas y si te das cuenta, los niños en esta etapa toman el lápiz en forma de puño porque esa es la forma que tienen inmersa en su cerebro. Aquí lo importante es ir estimulando poco a poco al niño/a a que tenga un adecuado agarre de pinza con ejercicios sencillos como amasar, estirar, enrollar, enroscar, entorchar, rasgar… todos aquellos que nos ayuden a darle apertura a la mano y a que se desarrolle fortaleza en la muñeca, así como movilidad en los brazos.
En psicología hablamos de las leyes cefalocaudal y próximo distal cuando nos referimos a la forma como los niños escriben. Con ellos hay que ir de más a menos, es decir de grande a pequeño. No le fuerces a que escriba en un renglón pequeño, cuando ellos por estas leyes van a empezar a movilizarse de grande a pequeño. Por ende, déjale que dibuje en espacios grandes como cartulinas de pliegos o papel Kraft (el que se usa para envolver) y si puedes permitirle una pared o un tablero con un marcador grueso borrable mucho mejor. Así ellos poco a poco empezarán a mejorar su escritura y sus dibujos que al principio son garabatos para darle apertura a una escritura y a un dibujo mucho más elaborado y realista. Y muchas veces esos dibujos y garabatos son la forma que ellos tienen de expresar esa fantasía, esas aventuras que vivieron en su día a día y es la forma que tienen de describir sus emociones, pensamientos, sentimientos y vivencias a mamá y papá. Por ello, es muy común ver dibujitos de los niños donde quieren decir: “aquí ta papá, mamá y yo jugando en el paque”, “te quiero mucha mami”, etc.
Igualmente, con la lectura. No pretendamos que a los 5 años ya los niños sepan leer como un adulto. No. Poco a poco. Recuerda que primero deben comprender la estructura de las letras como las vocales, para luego aprender a jugar con ellas y entender como ellas se presentan en las palabras, luego las consonantes y sus distintos sonidos y posteriormente aprender a organizarlas para formar palabras y frases y empezar a leerlas. Esto se adquiere con el paso del tiempo desde los 7 años en adelante hasta los 9 años que ya tienen una comprensión de lectura mucho más grande y elaborada. Lo que podemos hacer papás es permitirles que exploren con rimas, canciones y cuentos con dibujos grandes y llamativos para hacer en ellos un acercamiento a una lectura más asociativa que comprensiva y adquieran gusto por la lectura, así como también fomentar el hábito y darle cabida a un tiempo de calidad con ellos donde la comunicación de sensaciones y emociones desde la lectura esté presente.
Sé que todo esto fue muy técnico pero espero que les haya dado una luz respecto a muchas cosas que suceden con los niños en cuanto a comunicación y lenguaje se refiere en esta etapa.
Pero antes de empezar a desglosar lo que nos convoca aquí, , me gustaría que realicemos un ejercicio y es preguntarte: ¿Cómo fue para mi esa comunicación con mis padres y con los demás en esos años de tu vida? ¿Cómo crees que fue la comunicación tuya con los demás y con tus padres en esa etapa? ¿Tus padres te permitieron expresar tus emociones a través del lenguaje, de las palabras, de la verbalización que tenías y la interacción con el entorno? ¿Te permitieron jugar y te gustaba crear historias y fantasías y contarlas a tus papás? ¿Inventabas juegos de palabras o canciones para expresarte? ¿Cómo fueron para ti esos primeros años de guardería, colegio?
Y habiéndote contestado estas preguntas, te dejo estos tips que te van a permitir estimular y afianzar mejor la comunicación con tus hijos de 2 a 7 años.
1. Haz uso de juguetes y objetos diversos, así como cuentos y libros con imágenes, que serán de gran ayuda para potenciar el lenguaje y la comunicación con tu hijo. Fomenta el ritmo y el gusto por la música a través de canciones y rimas infantiles sencillas. Preséntale diferentes sonidos familiares (como el timbre de la puerta), de animales (del perro, de la vaca, …) y llama su atención sobre todos aquellos que aparezcan en el ambiente. Juega con marionetas para crear situaciones divertidas y permitirle narrar aventuras de su día a día con ellas. Verás como empieza a abrirse contigo y a crear tiempo especial contigo.
2. Háblale claro, de manera pausada y lentamente, con oraciones cortas con palabras y estructuras fáciles de entender. Repite enseguida y correctamente lo que tu hijo/a acaba de decir incorrectamente y refuerza los esfuerzos que hace al hablar. Debemos responder a él/ella cuando vocaliza o hace algún intento de comunicación y fomenta la necesidad de pedir y demandar los objetos con palabras, no te anticipes a sus necesidades.
3. Procura leerle todos los días, utilizando cuentos o lecturas con imágenes atractivas; cuéntale también historias de invención propia o de tradición oral. Esto le ayuda mucho con la estimulación correcta del lenguaje y una sana comunicación contigo.
4. Motiva la comunicación oral en las actividades cotidianas como el baño, la comida… para que desarrolle y amplíe su vocabulario. En este aspecto, es importante destacar que, en cada una de las rutinas, ya sean diarias o de juego, se utilicen de forma repetida las mismas palabras en el mismo contexto. De esta forma, favorecemos la comprensión, la estimulación del lenguaje y la repetición en tu hijo, así como permitiremos que se generen vínculos de comunicación mucho más estrechos contigo.
5. Establece situaciones comunicativas: No anticipes cada necesidad de tu hijo/a. Genera momentos en los que va a tener que hablar sí o sí para conseguir lo que requiere. En muchas ocasiones puede ser interesante guardar objetos o juguetes que le interesen en frascos o botes con rosca que él no pueda abrir, para que necesite comunicarse y así obtener el objeto. Así mismo hemos de potenciar el contacto visual directo acompañado de algún tipo de vocalización o verbalización previa de las palabras.
6. ¡DIVIÉRTANSE JUNTOS! Compartan momentos plenos juntos. Es la pauta principal para la estimulación de una sana comunicación con tu hijo, ya que su hijo no va a querer comunicarse y hablar contigo si no lo encuentra divertido. Juega con él/ella, diviértete con tus aventuras, disfruta cada instante, minuto y segundo que puedas con él/ella. Los chicos crecen demasiado rápido y si tu aprovechas a compartir con tu hijo/a cada instante con amor, alegría y realmente conectado con lo que hace, verás que la comunicación y el apego seguro en ambos estará más que garantizado.
Espero que estos consejos te sirvan para poder lograr una mejor conexión y comunicación con tu hijo en la etapa de la primera infancia. Un abrazo enorme.
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